En una mirada que excede la mirada médica, la Doctora María Coller nos comparte aquí su pensamiento invitándonos a reflexionar frente a la pandemia.
En una charla informal, whatsapp de por medio, le consultamos a esta médica pampeana radicada en Neuquén, cuál consideraba que debería ser el mensaje para que las personas entiendan la necesidad del aislamiento social.
Lo que sigue es una invitación a tomar posición. De qué red querés ser parte, de la red de contagio saliendo de tu casa? O de la red del cuidado, de la amorosidad, del acompañamiento quedándote en tu casa? Pasen y lean:
“El mensaje debería ser que las personas vivimos en una sociedad y que nuestros actos individuales pueden afectar a un todo colectivo, y en este caso mi acto individual es un acto que puede ser dañino para las personas que quiero, como por ejemplo mis abuelos, mis tíos, el dueño del kiosco que tiene más de 70 años, el que trabaja en la terminal de Ómnibus, en la persona que pasa en bicicleta y que es un changarin y que por ahí está trabajando en una construcción, porque no le alcanza el sueldo como jubilado. O mis propios abuelos. o mis propios padres” dice.
La pregunta es por qué yo debería entender que mí acto puede ser tan importante hacia la vulnerabilidad de ellos?, “porque yo si desobedezco el aislamiento social o esta normativa del aislamiento social, me transformó y estoy siendo un daño para los demás. Por más que yo no pueda contagiarme gravemente de esta enfermedad, porque supongamos que uno se siente inmune y siente que no le hace falta, o que no le va a pasar nada – porque hay una etapa en la que uno piensa que no le va a pasar nada – y ponele que no le pase nada, porque si la persona es joven o la persona es adulta joven y no tiene factores de riesgo lo más probable es que tengo un resfriado común. Pero la idea sería que yo pudiera entender que no es por mí, es por toda esa gente que está ahí, por toda esa gente que yo quiero y que tiene una situación de altísima vulnerabilidad, que si el virus le llega, seguro la va a pasar muy mal. Y si toda esa gente junta que yo conozco, toda la gente mayor de 65 años y toda la gente vulnerable, toda la gente que tiene cáncer, se enferma junta, toda junta, porque el virus tiene una altísima contagiosidad, los sistemas de salud no alcanzarán a poder cubrir esa demanda. No tenemos una cantidad tan grande de respiradores como necesitaríamos, si toda esa gente junta se enfermara y requiriera el respirador. Entonces por eso es tan importante la responsabilidad del acto individual por la mejoría colectiva.
Yo tengo que entender eso, el mensaje tiene que llegarme desde ese lado, que mi idea de responsabilidad individual hacia mí y hacia conmigo, que tiene que ver con cómo me alimento, como quiero mi salud para mí, excede absolutamente este tema que es sólo individual excede totalmente, y se transforma en una responsabilidad que yo tengo con mi acto individual hacia toda la sociedad donde vivo” explica.
Marita Coller, se entusiasma con nuestra propuesta y nos deja otras consideraciones que nos hacen pensar, dice “yo entiendo que mis actos no son mis actos, son partes de un entramado y de una red de individualidad que se transforma en una suerte de telaraña colectiva, de acciones individuales que puede tener una trama u otra. Y yo puedo ser una pequeña arañita que esté armando la trama para un lado, pero puede haber cincuenta arañitas que están armando otra telaraña por otro lado que puede no ser una red sino una trampa. Entonces, si yo quiero estar del lado de la red y quiero estar del lado del acompañamiento, de la ayuda, tengo que quedarme adentro de mi casa. En este momento eso significa armar red, significa armar una trama de sostén, de acompañamiento, de ayuda, de solidaridad. Es muy paradójico, porque yo de adentro de mi casa es el único lugar desde donde puedo asegurar el armado de esa trama. Entonces mi acto individual egoísta y propio, de que me quiero ir a comprar tal cosa, o quiero salir porque no me aguanto estar acá en casa, se transforma justamente en un contraproducente para el armado de esa red.
La situación es extremadamente singular, el aislamiento social está normado y es obligatorio. Es necesario volver a poner el foco en algunos valores tales como la responsabilidad social, los vínculos, y repensar el uso del tiempo? le consultamos, “ esto indefectiblemente cambia valores, cambia el modo de pensar que yo tengo individual de vivir en este mundo. Me parece que si yo logro algunas cuestiones desde el punto de vista individual ya puedo considerarme una persona exitosa. Podríamos decir así, nosotros lo que necesitamos es que podamos repensar este modo de vincularnos. El modo de vincularnos que puede generar un anclaje diferente respecto de la solidaridad, respecto del acompañamiento a las personas y puede generar nuevos modos de vincularse. Es probable que esté “parate” tan intenso que nos ha generado esta situación nos haga repensar en todos nuestros vínculos en cómo vivimos previamente estos vínculos. En cómo vivimos corriendo todo el tiempo, a qué le damos importancia o a que no le damos En quienes pensamos y a quiénes le dedicamos nuestro tiempo. Ahora hay una cosa que tiene que ver con la inminencia del peligro y con algo que puede llegar a ser peligroso y lo que puede llegar a ser peligroso en este caso es la muerte. Entonces por eso es que nos frena de este modo, el miedo que nosotros tenemos a veces no es el miedo al contagio sino el miedo de contagiarme y que me vaya mal” reflexiona.
Y continúa “la idea no es generar miedo sino generar responsabilidad esa responsabilidad la tomamos sino nos negamos a que esto está ocurriendo. Si yo tomo esa responsabilidad lo mejor que puedo hacer es quedarme en mi casa, para no transformarme en ese vehículo de qué hablamos hoy en el vehículo que hace que en vez de armar una trama y una red de acompañamiento esté armando una red de ruptura, una red de contagio. Me parece que como conclusión el llamado a la responsabilidad de las personas sería: yo quiero formar esta red de acompañamiento de solidaridad y ayuda. Y paradójicamente para eso me tengo que quedar en mi casa para poder seguir siendo parte de esa red, yo tengo que dejar de caminar las calles. Ahora, sí yo quiero ser parte de esa red de contagio, de esa red de dispersión del virus, de esa red que puede ser potencialmente gravísima para toda esa gente que quiero, bueno ahí salgo.
Pero más allá de lo que yo tengo o no tengo que hacer y más allá de las normativas que están muy bien porque me parece que en este punto la normativa nos habla de un Estado presente y un Estado que está rigiendo las acciones de sus ciudadanas y ciudadanos y encabezadas por el Ministerio de Salud que por supuesto tiene todas los avales científicos y todos los expertos pensando para eso; más allá de eso a mí me tiene que producir adentro un click esa idea de cuánto de responsabilidad tiene cada uno de mis pequeños actos que yo puedo o no hacer.
*María Coller es médica generalista, paliativista. Coordinadora del programa provincial Control de Cáncer en el Ministerio de Salud de Río Negro. Docente en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional del Comahue. Trabaja en el Servicio de cuidados paliativos en el Hospital Dr Pedro Moguillansky de Cipolletti.
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