Inicio » Noticias » Amistad, una resistencia a la solemnidad

Amistad, una resistencia a la solemnidad

|

|


“[…] me parece que puedo seguirun capítulo me hizo sonreírsi me equivoque, mejor o peorquién tiene acaso todo aseguradopróxima estación: […]

“[…] me parece que puedo seguir
un capítulo me hizo sonreír
si me equivoque, mejor o peor
quién tiene acaso todo asegurado
próxima estación: invierno […]”
Estaciones – Rosario Blefari

Una pandemia y otra y otra y otra…  Esa parece la dimensión que toma cada cosa que acarrea la pandemia. Pero me escribiste y me reí, una vez más, dentro del caos. Me dejo tomar por la duda frente al empuje de la tristeza. Increíble encontrar un desatanudo en medio de tanta opacidad. 

Se arrastran los pies cuando el peso de lo que viene no nos impide la marcha pero cuesta moverse y encontrar horizontes posibles. Las horas marcan el paso de una responsabilidad tras otra y con ello, la posibilidad de engrosar la lista de pendientes si es que nos relajamos demasiado. 

Los días comienzan a helarnos las yemas de los dedos. Querer encontrar algo de calor en tiempos donde todavía es necesario mantener la distancia, no amucharse, no encimarse.

Fotografía por Ceilia Imhoff

Las pálidas están a la orden del día y encontrarnos abre una pausa fundamental. La tensión, la preocupación, la angustia, se disipan cuando te veo, amiga. 

Escuchaste y no me entendiste pero tampoco esperaba que lo hicieras. No necesité ponerme en tus zapatos ni vos en los míos, pero sí que nos hemos prestado zapatos y más. Mucho más. Zapatos, formas de leer, ideas sobre el amor, críticas a este mundo y a otros que no existen, fantasías, cuotas de hartazgo, emboles y desvelos. 

Escuchaste y no me entendiste pero no necesitaste hacerlo para estar y abrirme versiones, capítulos y formas acompañadas de hacer más vivible este mundo. 

Los pliegues del costado de los ojos delatan nuestras sonrisas debajo de los barbijos. La respiración y el tono delatan la sonrisa al teléfono. A veces solo basta una mirada o una frase (atinada o no tanto) para contagiarnos de una risa incontenible. A veces solo basta una mirada para abrir un silencio abrazador cuando no hay palabra que alcance.

Incluso hoy, río. Se me escapa, no puedo evitarlo. Incluso tapada de lágrimas, la risa nos sorprende en tiempos donde nos encontramos una y otra vez con que no contamos con garantías ni certezas. Solo recordar nuestras aventuras es una bocanada de aire en tiempos donde tanto hace falta y nada parece libre de contaminación. 

Fotografía por Ceilia Imhoff

El deseo de estar-con y dejarnos estar ahí. Dejarnos estar porque nada nos corre. Y es en la posibilidad de poder perder el tiempo-con, que nuestro tiempo se hace más valioso.

¿Qué hora es? ¿¡Uy, ya!? ¡Qué placer olvidarnos del reloj, amiga! Nuestras horas, amiga, vuelan. Se nos escurren, se embriagan, capítulo a capítulo en cada forma que encontramos de estar.

Perderse en la entrega. La conversación toma giros feroces e inesperados. La amistad, un puente que conecta sin saber los kilómetros que faltan o los que pasaron, podemos ir de aquí a allá sin escalas.

Y aunque podemos mirar para atrás para ver lo recorrido, es el paso acompañado lo que nos amiga.

Mi elogio a la amistad que le arranca lo solemne a esta vida y mi deseo de tener tiempo para perder junto a lxs amigxs.

Dengue

Dengue Sintomas

Alcohol cero al volante

Prevención de Incendios

Las más vistas de la semana

Noticias populares

Conectate