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La obsesión por la delgadez


«…Si fuera flaca estaría feliz y me sería más fácil comer saludable…» ¡¡Cuantas veces he escuchado esto en la consulta!! […]

«…Si fuera flaca estaría feliz y me sería más fácil comer saludable…»

¡¡Cuantas veces he escuchado esto en la consulta!!

Muchos creen que la delgadez es síntoma de salud.

Pero, los indicadores de un cuerpo sano no siempre son los indicadores del peso.

La OMS define a una persona sana a aquella que se encuentra en un estado de bienestar físico, mental y social y que además no padezca ninguna enfermedad. Si lo pensamos bien, entonces, ser delgado o estar delgado no significa estar más sano. Como ejemplos puedo citar a los pacientes alcohólicos, drogadictos, los que padecen cáncer o Epoc la mayoría de las veces son delgados pero no están sanos.

Entonces ¿porque queremos ser flacos para estar felices??

La mayoría se está olvidando de la salud emocional.

La salud emocional es alcanzar un estado de felicidad interior independientemente del peso que tengamos o de la forma que tenga nuestro cuerpo.

Cuando se le pone al número de la balanza el poder de darte felicidad estás entrando en un serio problema. La salud emocional no depende del peso que tengas sino de que te quieras, de que ames lo que hacés y de que trates de hacer siempre eso que amás.

El que se obsesiona con la delgadez vive constantemente con un sentimiento de inadecuación porque nunca va a llegar a tener el cuerpo de la modelo que admira o el cuerpo de la foto (terriblemente editada) que subieron a las redes. Dejar de mirar lo que no es real, es el primer paso, porque tanta invasión mediática hace que, aunque no quieras, termines comparándote con un modelo de delgadez que está lejos de ser real.

Con esto no quiero decir que sea sano tener obesidad, quiero decir que entre el peso que tenés en mente y el peso que te permite vivir sin restricciones hay una gran diferencia.

Por lo general se busca la excelencia, pero para lograrla, deberías vivir dejando de comer y dejando de tener vida social. El peso posible es aquel que te permite estar en salud y al mismo tiempo no desatender tu bienestar emocional y social.

Así que, no te obsesiones con números. Mejor poné el foco en tus emociones, en tu integridad, en tu felicidad y olvídate un poco del número de la balanza.

Cuando logres esto vas a ver cómo cambiar los hábitos, elegir lo sano y aprender a comer va a ser una “elección” y no una “imposición”. Y así es como debe ser. Los cambios elegidos son los que permanecen en el tiempo.

El que más lejos llega es el que puede caminar más seguro. Y no se puede caminar con miedos y con hambre, con ayunos y restricciones.

La vida es un libro que no te permite volver la página atrás, entonces ¿no deberías leerla más despacio y disfrutarla más?

RECORDÁ QUE: Una dieta dura un tiempo corto y aprender a comer dura para toda la vida.

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